Artículo de opinión «Dentro de la política mexicana».

Por: Guadalupe Gómez

La reciente postulación de Natalia Antonoff al cargo de diputado federal ha llamado de atención a la sociedad por dos importantes vertientes. La primera consiste en su participación en el reality de emprendimiento y negocios “Shark Tank México”, mientras que la segunda se basa en su inexistente trayectoria y preparación para ser considerada en un puesto de esa magnitud. 

En el año 2020 tuvo la oportunidad de presentar ante los inversionistas del programa la propuesta “Home Dealer” una compañía especializada en la realización de tareas y avances de tesis, entre otros servicios disponibles mediante un pago. Logrando de manera inmediata tras proyectar la propuesta un rechazo rotundo por parte de todos los integrantes, bajo la justificación de retirarse del negocio debido a lo inmoral y corrupto que es fomentar el uso de trampas.  

Tras cuatro años transcurridos y de dedicarse en este tiempo a actividades empresariales por su cuenta, Natalia reaparece como candidata a la diputación federal por el Distrito 22 de (Naucalpan, Estado de México) por parte del partido político Movimiento Ciudadano. 

Hecho que impactó negativamente de manera general al convertirse en otra prueba ferviente que en el país cualquier personalidad puede llegar a convertirse en político e incluso escalar al poder sin importar si se trata de actores, futbolistas, reinas de belleza o figuras del espectáculo que poco cumplen con los requerimientos indispensables para asumir el papel.